La deshidratación en personas mayores en verano es un riesgo que debemos combatir.
Beber agua es una parte fundamental, a cuidar muy atentamente, en la alimentación de cualquier persona. Pero especialmente si tratamos con personas de edad avanzada. El liquido elemento es esencial para la vida y llevar una correcta hidratación trae consigo múltiples beneficios para nuestro organismo.
La cantidad de agua presente en un ser humano adulto es de un 70% aproximadamente. Pero a medida que el cuerpo va envejeciendo, la proporción disminuye hasta alcanzar un 50%. Y aunque la necesidad de beber siempre esta presente, la sensación de sed va también va reduciéndose con el paso del tiempo. Por lo que debemos estar muy pendientes de cuidar que nuestros mayores, sobre todo en verano, lleguen a sufrir un cuadro de deshidratación.
Deshidratación en personas mayores
Evitar esto es muy sencillo. Ahora en temporada estival, las altas temperaturas remarcan la importancia de hidratarse y refrescarse constantemente. Por ello, recopilamos cinco consejos con los que atender y fomentar el consumo de agua para nuestros mayores:
1) El agua debe ser de mineralización débil, sobre todo para personas que sufren de problemas urinarios o hipertensión, sin gas y tampoco demasiado fría.
2) Se recomienda beber en torno a 2 y 2,5 litros de agua al día. Esto suma un total de entre 8 a 12 vasos. En verano, esta cantidad puede aumentar a los 3 litros, dependiendo de la persona, sus necesidades y las condiciones en las que nos encontremos. Recordemos que nuestro organismo también reúne agua de alimentos ricos en ella, como las frutas, u otras bebidas como la leche, los zumos o los caldos.
3) La ingesta de agua debe ser gradual, nunca de golpe o en grandes cantidades. Se recomienda que esta se realice más durante las horas centrales del día, cuando más calor hace y más riesgo de deshidratación hay, que por la noche. Ya que esto podría fomentar que la persona tenga malestares o incontinencia renal.
4) En cada comida, se debe acompañar mínimo de un vaso de agua. Esto hará que la digestión de alimentos sólidos sea mucho más fácil, sobre todo para personas que sufren de disfagia. Entre comidas, lo ideal es beber una cantidad de 4 a 6 vasos.
5) Una fuente de agua debe estar accesible y al alcance de los mayores en todo momento. Esto ayuda a crear una mayor atención al hecho de beber y estimular un buen hábito de hidratación.