A día de hoy en nuestro país hay, aproximadamente, más de dos millones de personas en situación de dependencia. La gran mayoría de ellas se encuentran atendidas por cuidadores no profesionales, familiares cercanos en muchos casos, que anteponen las necesidades de quienes cuidan a las suyas propias. Una labor poco reconocida por nuestra sociedad y que necesita ponerse en valor por su gran importancia.
Una cuidadora familiar, además de tener que adaptar su vida personal y profesional para atender a las personas que dependen de ellos, los cuidadores familiares también ven cómo se resiente su propia salud debido a las presiones con las que conviven a diario. Es por ello que, desde TuDependencia, hemos querido compartir la experiencia de ‘Carmen‘, de 39 años y natural de Madrid, cuidadora familiar, encargada de proporcionar la mejor de las atenciones a su madre, enferma y dependiente.
En esta entrevista, ‘Carmen’, que ha requerido mantener su identidad en privado, nos habla de primera mano acerca de su situación particular, sobre cómo vive el día a día al cuidado de su madre y su opinión acerca de la actual Ley de Dependencia.
PREGUNTA: ¿Cuáles fueron los motivos que impulsaron tener que dedicarse al cuidado de su familiar en situación de dependencia?
RESPUESTA: El marido de mi madre se desentendió cuando fue diagnosticada de su enfermedad. No quería cuidar de una persona enferma y se marchó a vivir a otra provincia. Mi hermana, que tiene 18 años menos que yo, ahora 22, nunca ha colaborado en casa. La única que se hace cargo de mi madre y de todo soy yo. Tuve hasta que dejar mi profesión de lado para ello.
P: ¿Qué características particulares cree que debe tener toda persona que se dedique al cuidado?
R: No todo el mundo sirve para cuidar de una persona enferma. Hay que tener empatía, mucha paciencia y conocimientos de cuidados.
P: Como cuidadora familiar, ¿ha recibido ayuda o asistencia de alguna asociación, médico o cuidador profesional?
R: Solicité la ayuda a domicilio porque yo sola no podía con todo. Es un trabajo de 24 horas todos los días. Finalmente nos la concedieron junto con una ayuda económica, pero hace dos meses contacté con el servicio de atención y dijeron que por la situación de ahora, por la pandemia, no les es posible mandar la ayuda a domicilio. Me daban la opción a residencia, pero tal y cómo están las cosas nadie la demanda. Así que tengo que pagar de mi bolsillo a una chica que venga a ayudarme.
P: ¿Cuánto ha cambiado su vida personal y laboral el tener que ocuparse de una persona mayor enferma como cuidadora familiar?
R: No tengo vida social, ni profesional. Mi salud cada vez está peor.
P: ¿Qué es lo que valora de un cuidador a la hora de cuidar a alguien?
R: La experiencia, la proactividad y la forma de tratar al enfermo. Que sea una persona que lo hace de forma vocacional.
P: ¿Cómo es su día a día como cuidadora familiar? ¿Qué tipo de actividades le realiza o ayuda a realizar a la persona a la que atiende?
R: El día a día de un cuidador, sobre todo si es familiar en el que hay vínculo afectivo, es muy duro. Se sufre viendo mal a un ser querido. Las tareas no sólo es atender al enfermo en su aseo, su medicación y alimentación. Incluye todo. En mi caso tengo que llevar todas las gestiones administrativas de la casa. Te conviertes en psicóloga, peluquera, enfermera, limpiadora, secretaria, taxista…
P: ¿Qué opina acerca de la implantación y aplicación de la actual Ley de Dependencia en nuestro país?
R: Es necesaria una nueva Ley de Dependencia. La actual no funciona y es muy pobre. Lo primero que se recorta es en dependencia, sanidad, educación…Aunque en unas provincias funciona mejor que en otras, actualmente la que hay es vergonzosa. La gente muere antes de que lleguen ayudas. La sensación general es que tienen a las personas mayores y dependientes abandonados.
La opinión de una cuidadora familiar
Deben mejorar muchas cosas, todos vamos a llegar a ser mayores y necesitamos estar protegidos. Si funcionase la Ley de la Dependencia los familiares tendríamos días libres. Tendríamos bajas cuando estamos enfermos, tendríamos vacaciones. Pero si miran poco por los dependientes menos por los que cuidamos. En mi caso tengo asumido que he sacrificado todo, se me ha pasado el tren de muchas cosas. Y cuando mi madre ya no esté, va a ser demasiado tarde ya. La verdad, no quiero ni pensar que futuro me espera. Me he dejado la salud cuidando de mi madre, tengo 39 y tengo los huesos como si tuviera 60.
P: ¿Qué es lo más difícil de sobrellevar en una persona que comienza a ser consciente que va perdiendo cualidades?
R: Saber que sin ayuda de otra persona no puedes hacer muchas cosas. No poder hacer las cosas por uno mismo es lo más duro. Un sentimiento de indefensión.
P: ¿Cómo afronta el estado anímico ante el avance de la enfermedad en su familiar?
R: No es fácil. Hay días mejores y otros peores. Pero este tipo de situaciones te arrastra, en mi caso he terminado enfermando. El estrés diario el cuerpo lo tiene que expulsar por algún lado. Y normalmente sale en forma de enfermedad.
P: ¿Qué consejo puede ofrecerle a alguien en su misma situación?
R: Es muy importante tener apoyo en otras personas. Tener a alguien con quien desahogarte. Intentar tener vida social y no encerrarse exclusivamente en pensar en la persona enferma. Esto es lo que diría cualquier psicólogo. Pero hay casos en los que uno se encuentra sólo sin apoyo de ningún familiar ni de nadie. La gente no quiere problemas. Y para hacer amigos debes tener tiempo. Y eso a veces es difícil en algunos casos.
A mí no paran de decirme que delegue responsabilidad…pero si la familia no ayuda no se la puede obligar. Delegar se lo puede permitir la gente que tiene dinero y puede pagar a alguien que atienda en tu lugar. Eso todo el mundo no puede.