El Parkinson es una de las principales enfermedades que padecen nuestros mayores. Esta es una dolencia que consiste en un trastorno del movimiento cuyo origen está en el sistema nervioso. Uno de los principales problemas que causa esta patología es problemas en la movilidad muscular y su control, por lo que es muy común que requiera cuidar a personas con Parkinson.

Ocurre cuando las neuronas no producen suficiente cantidad de una sustancia química muy importante en el cerebro conocida como dopamina. Algunos casos son genéticos pero la mayoría no parece darse entre miembros de una misma familia.

Es una enfermedad crónica y según va evolucionando con el tiempo sus síntomas empeoran. Aún así, puede tratarse ayudando a aliviar los síntomas con el objetivo de ofrecer una mejor calidad de vida al paciente.

¿Cuáles son los principales síntomas del Parkinson?

Cuidar a personas con Parkinson requiere un compromiso y conocimiento previo sobre la enfermedad. A continuación, recopilamos los principales síntomas del Parkinson:

• Temblor: desde sacudidas o agitación en manos, brazos, piernas, mandíbula o cara. Los temblores causados por el mal del Parkinson a veces son muy sutiles en las etapas iniciales y posteriormente van aumentando con el paso del tiempo.

• Movimientos lentos: con el paso del tiempo, una persona que tiene Parkinson puede empezar a moverse de forma lenta y empleará mucho más tiempo para realizar tareas simples. Estas incluyen el levantarse de una silla, abotonarse una camisa o cortar la comida.

• Rigidez:  los músculos del organismo pueden contraerse y ponerse rígidos, lo que dificulta su movimiento. Esto trae como consecuencia que la persona le sea difícil hacer tareas simples, como comer, ponerse de pie o andar.

• Equilibrio: El Parkinson puede hacer que a una persona le resulte problemático estar erguido o adoptar una postura derecha. También puede traer como consecuencia problemas de equilibrio, al sentarse, ponerse de pie o caminar.

Por todas estas limitaciones asociadas a esta enfermedad, es importante que tanto las personas que la sufren, como los profesionales dedicados a cuidar a personas con Parkinson, como los familiares, tengamos en cuenta diferentes aspectos para que tengan una mejor calidad de vida.

Cómo ayudar a los pacientes con Parkinson

Padecer Parkinson y cuidar a personas con Parkinson suponen un reto diario para enfermos y cuidadores. Esta enfermedad trae consigo algunas limitaciones que entorpecen la realización de actividades cotidianas. La planificación evita la frustración que puede traer la imposibilidad de hacer las tareas del día a día a un ritmo normal. Ya sabemos que muchos de los dolores de espalda o en las articulaciones vienen condicionados por una falta de actividad física y movimiento.

Proponerse diariamente una serie de estiramientos y ejercicios de movilidad que podemos realizar nada más levantarnos. Es una buena forma para iniciar el día de la mejor manera. Realiza pasos largos levantando bien los pies del suelo, además de bracear para ganar estabilidad.

Asimismo, utiliza un calzado cerrado con suela que facilite la movilización. Vive en un entorno adecuado: evita alfombras, instala barandillas. Los alimentos fríos antes de iniciar las comidas estimulan la musculatura de la deglución.

Además, el baño no es una excepción: suelo antideslizante y silla en la ducha son dos elementos obligatorios. Realiza técnicas de relajación y de control e la respiración, para adquirir un estado de tranquilidad.

Debemos pensar qué información es útil para tomar decisiones importantes, valorar la contratación de un seguro de dependencia y los beneficios y servicios que cubre, opciones disponibles para coberturas de cuidados a largo plazo en dependencia de nuestro lugar de residencia o empresas que asisten a dependientes con Parkinson.

Recomendaciones para familiares que cuidan a personas con Parkinson

Cuando la enfermedad está muy avanzada, esto puede suponer para el cuidador una pérdida de control a causa del aumento de la dependencia. Cuidar a personas con Parkinson puede conllevar momentos de estrés e incompatibilidad con tu vida personal y/o laboral, en el caso de familiares.

Por este motivo, es importante en esta etapa no perder la cercanía, expresar cariño y empatía en todo momento. De esta forma podremos trasformar este cambio en algo positivo. Muchas veces los cuidadores familiares terminan asumiendo muchas tareas que por imposibilidad física o mental ya no puede realizar la persona con Parkinson.

Es importante que valoremos la posibilidad de contratar servicios externos de apoyo a domicilio o asistencia en el hogar. Si elegimos trasladarlos a una residencia es bueno que evaluemos si estas tienen las condiciones necesarias tanto en sus instalaciones para el cuidado de las personas que tienen la enfermedad de Parkinson. 

Por eso, una buena forma de salvaguardar la seguridad de una persona dependiente es contratando un seguro de dependencia, y encontrar buenos profesionales y la fuerza y el apoyo de los que nos rodean, ayudan a los pacientes a seguir adelante.

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