Ser cuidador de personas dependientes, profesional o no, es una tarea difícil y compleja. Más aún cuando la persona de la que se cuida es un familiar cercano de necesita ayuda externa para realizar sus rutinas básicas y mantener un ritmo de vida saludable.
Cuidar de otra persona en esta situación exige un gran sacrificio. El cuidador debe dedicarle al paciente gran parte de su tiempo y esfuerzo. Implicando esto en una serie de cambios importantes que pueden llegar a afectar a numerosos ámbitos de su vida.
Las relaciones personales, la salud o el bienestar emocional del cuidador pueden verse comprometidos negativamente en caso de no tomar medidas para organizar el cuidado. Esto es lo que se conoce como ‘sindrome burn-out’.
Estas diez recomendaciones que compartimos son de gran utilizad para que el cuidador pueda planificar su trabajo, evitar situaciones conflictivas y cuidar su estado físico y psicológico.
1) Mantener siempre la calma
Evita ante todo perder los nervios ante una situación que, a priori, ves como algo superior a ti. No caigas en el error fatal de desesperarte cuando te veas incapaz de solucionar un problema o cuando el paciente actúe incorrectamente. Por ello, la paciencia es una virtud que todo cuidador debe tener.
2) No discutir o enfadarse
En relación con el punto anterior, cuando una situación nos sobrepasa o el paciente no responde a nuestros consejos o acciones, puede llegar a darse el caso que el cuidador se irrite. Hay que tener en cuenta en todo momento que la persona dependiente puede reaccionar de la misma forma que el cuidador, generando reacciones violentas, comentarios negativos y discusiones, creando un clima de estrés y malestar constante entre ambos.
3) Pide ayuda de necesitarla y comparte las tareas
Pedir ayuda en determinados momentos no significa o implica ser incapaz de hacer bien tu trabajo. En algunas tareas, el cuidador puede precisar de ayuda. Sean, dado el caso, profesionales o familiares del paciente, otras personas pueden ayudar al cuidador a llevar a cabo una mejor asistencia de la persona dependiente.
4) No limitar sus actividades
Por una parte, el cuidador debe evitar impedir que la persona dependiente a su cargo realice una tarea en concreto porque pueda hacerla incorrectamente. Esto, en lugar de fomentar la autonomía del paciente, lo que hace es promover su inactividad, fomentar un sentimiento de inutilidad y bajar la autoestima. Eso sí, nunca hay que bajar la guardia ante actividades delicadas que puedan poner en peligro la salud del paciente.
5) Planificar sus rutinas
Cada persona tiene sus propias costumbres diarias, los pacientes dependientes también, por supuesto. Por ello, el cuidador debe prestar atención a las rutinas que la persona a su cargo llevaba por si misma para mantenerlas y que pueda seguir llevándolas a cabo. Esto evita que el paciente se sienta incómodo y siga realizando actividades durante más tiempo.
6) No regañar al paciente
Que el paciente dependiente muestre una serie de conductas inapropiadas, se tome la libertad de hacer alguna tarea por su propio pie, o bien contradiga al cuidador en algo con lo que no está de acuerdo, no quiere decir que este deba regañarle o increparle por ello. Es mucho más sencillo y fácil hacerle entender que no puede hacer algo o que necesita ayuda para hacerlo que reprimirlo y llegar a enfardarse con él.
7) No tomar decisiones en su lugar
Depende de la enfermedad que sufra el paciente, puede llegarse a dar el caso de que la evolución clínica derive en un estado en el que la persona dependiente ya no pueda tener un control sobre decisiones que afectan a su bienestar. Sin embargo, hasta darse el momento, el cuidador no debe imponerse sobre el criterio y la voluntad de la persona que atiende.
8) Prepararse para posibles problemas
Hay situaciones que pueden darse de forma imprevista y causar serios inconvenientes. Un accidente doméstico, un ataque de rabia o pánico, o incluso, un extravío por desorientación son ejemplos de ello. El cuidador debe anteponerse a estas situaciones y no improvisar sobre la marcha. Debe contemplar todas las opciones posibles para solucionar los problemas que le vayan apareciendo en su trabajo y saber cómo reaccionar y actuar en todo momento.
9) Respetar el espacio vital del paciente
Todos tenemos una zona corporal definida, un espacio vital y personal que nos permite interactuar con otras personas de manera cómoda y adecuada. Por ello, el cuidador debe evitar, a la hora de hacer determinadas acciones como dar de comer al paciente, asearlo o vestirlo, de necesitar ayuda en esto, invadir este espacio en la medida de lo posible para eludir posibles molestias y respetar la capacidad del paciente de hacer algo por sí mismo.
10) Cuidarse
El cuidador debe también poder concederse un tiempo de descanso para si mismo y cuidar de si mismo y su propio bienestar. Como decíamos, esta tarea que consume gran parte de su tiempo y energía. Por lo que, para evitar un agotamiento físico y psíquico que derive en complicaciones de salud, el cuidador debe seguir una alimentación equilibrada, practicar algún deporte o dedicar parte de su tiempo en actividades ociosas.